
En los últimos dos años mi trabajo como doula ha crecido exponencialmente. En estos dos años he atendido 30 partos tan seguidos e intensos que prácticamente no he tenido tiempo de respirarlos y sentirlos como cada uno de ellos se merece.
El día 6 de octubre después de un fin de semana intenso y reconectando conmigo en el mar, volvía de un parto en el que había cuidado de una duende llamada Inara, mientras esperábamos la bienvenida de Amaru.
¡Qué maravilla de nombre, de familia, de duende y de lugar! Estaba todo conectado y yo justo donde quería estar y donde realmente me necesitaban.
Una pantera negra rugía sin oírsele para entregar a este mundo un nuevo ser lleno de amor, para cambiar el mundo y devolverle a éste su humanidad. Así lo siento yo. Porque las cosas hechas con tanto amor cambian los patrones de la sociedad.
Y después de todo un finde completo, revisé mi correo para trabajar un poco con el ordenador y me encontré con otro de los testimonios de una de las familias que atendí.
Y de repente, como en las películas, he vuelto a sentir y recordar esa mirada de agradecimiento que me regaláis las madres después de parir con vuestros hijos en brazos. Como una cascada, el recuerdo de todas las caricias, besos, miradas, abrazos de cada una de vosotras en ese momento me han invadieron. Y comencé a llorar de pura emoción. Porque esta experiencia es realmente increíble y única.
Yo recuerdo perfectamente a las personas que estuvieron a mi lado el día del nacimiento de mi hija y las recuerdo con muchísimo amor. Así que puedo imaginarme más o menos lo que puede ser que sientan todas las mamás a las que he acompañado. Muchas de ellas madres supervivientes de un parto anterior muy traumático que han podido vivir y reconocer el parto como un momento de amor. Han podido curar sus heridas. Poder acompañar esto es un regalo inmenso. Un regalo que crece.
Muchas gracias a todas las madres que han confiado en mi durante sus embarazos y partos, a todas aquellas que conoceré en un futuro, y por supuesto a todas las personas que trabajan día a día para que el proceso de traer una nueva vida al mundo sea cada vez más respetado, más consciente, más humano.
¡Feliz solsticio, feliz 2019, feliz crianza!
Escribir comentario