
Con Laura
siempre bromeábamos diciendo que los bebés me esperan para nacer. ¡Pues eso ya se acabó! En cada parto pienso que puede pasar porque, como generalmente vivo lejos de las mamás, tengo
que coger el coche y desplazarme a donde están en cuanto me llaman. Y al final, ha pasado. Un niño no me esperó en la semana de San Valentín. Un niño llamado Valentín.
Os cuento cómo fue.
Después de un día de trabajo y clases estando todo el tiempo atenta a una familia que habían roto aguas, me avisan de que
las contracciones ya son rítmicas: 22:00 de la noche. Converso con mi compi Laura y decido bajar ¡YA! a Zaragoza.
Me cambio y paso de mi uniforme de baile a mi uniforme de doula (vivan las mallas y los jerséis con memoria) y subo al coche.
Al cabo de pocos minutos nos piden que vayamos las dos urgente a su casa asi que Laura sale escopeteada. ¡Y menos mal! porque la cosa fue así:
- 22:34 Papá: -Venid las dos-
- 22:44 Laura: -Estoy en la puerta, ¿me abrís?
- 23:36 Papá: -Ariana tranquila, ya ha nacido Valentín a las 23:05.Todo bien, conduce con cuidado-
Bueno, ¡cómo te quedas!
Me quedé en mi coche flipando tanto que pregunté si era coña y todo porque no me lo podía creer. He visto partos rápidos en
los que ni las madres saben que están a punto de ver los ojos de su bebé pero esto no me había pasado nunca.
A veces los kilómetros pueden jugar una mala pasada pero hasta esta semana nunca había pasado. ¡Nunca digas nunca!
Cuando llegué, las risas fueron continuas, y qué placer... Fue extraño verme ahí, fresca y descansada con el único objetivo de escuchar su experiencia y disfrutar de su alegría, su fascinación y su (algo k signifique globo de parto)
Cada familia, madre y bebé son un mundo. Un maravilloso mundo en el que me sumerjo y bailo a su son y tempo, cada uno con una cadencia única. En los partos donde las horas y el cansancio hacen que saques de la chistera recursos que ni una sabía, es en los que sientes que haber hecho un gran trabajo. Y lo cierto es que lo haces.
Lo que pasa más desapercibido es un parto en el que no haces falta, en el que la mujer simplemente transita con poder y normalidad. En estos partos ya hay hecha una gran labor pero por detrás. Por parte de la familia, de la sociedad, de nosotras y sobre todo de una madre que cree en ella y CONFÍA.
Gracias Valentín por enseñarme una cosa más en esta profesión tan maravillosa que estoy realizando.
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Laura Sola Artero (sábado, 16 febrero 2019 08:30)
Menuda fiesta de parto. Cuántas risas, cuanto amor, cuánta diversión y alegría. Así son los partos también. Gracias a ti, por darle siempre una chispa de tu magia.